DESCRIPCIÓN DE UN CASO CLINICO REHABILITADO ... En un primer momento, el juego adquiere las características de una afición y posteriormente de un hábito, para terminar convirtiéndose en una necesidad o adicción. Lo que en un principio era una actividad realizada en compañía de amigos, ocasional y controlada, pasa a suponer una forma de ESCLAVITUD, aislamiento y desadaptación.
Durante las primeras fases existe una búsqueda del juego como medida de divertimento y de evasión. Surgen creencias erróneas respecto de su capacidad de control y de unos beneficios económicos fáciles, generalmente asociados a ganancias iniciales. Cuando aparecen las pérdidas, el paciente busca la recuperación económica (chasing losses), describe una falsa ilusión de recuperación que le lleva a jugar más intensamente cuanto más pierde y a justificar su conducta con distorsiones cognitivas ("cuando perdía lo consideraba una mala racha que pronto cambiaría, la máquina estaba caliente y tenía que salir el premio gordo, por el contrario, si ganaba significaba que estaba de racha y que ésta no cambiaría" "me levantaba con la sensación de que era mi día"). El juego va adueñándose de su tiempo y de su voluntad , deja los estudios, se distancia de las amistades y pierde el interés por las actividades cotidianas. Pasa la mayor parte del tiempo preocupado por el juego, buscando la manera de obtener dinero y planificando las nuevas apuestas. Miente, engaña y llega a hurtar dinero en casa. El impulso de jugar se hace irresistible aparecen sentimientos de culpabilidad, de disgusto e incluso suicidas. Durante el período de mayor descontrol, jugaba a diario, cantidades mayores de las que tenía previsto, necesitaba aumentar las apuestas hasta perder todo lo que llevaba encima o lo que podía obtener en un mismo día. Describe la sensación de verse "arrebatado, hipnotizado", perdía la conciencia del tiempo y de lo que sucedía a su alrededor. Intentó dejar de jugar en ocasiones sintiéndose incapaz de ello, principalmente por la inquietud, irritabilidad y malestar que le producía. En la actualidad se encuentra estable, animado, con sensación de autocontrol y actitud crítica hacia sus cogniciones previas. Entiende su problema como una enfermedad con un riesgo latente, si bien no presenta deseos de juego. Satisfecho con su evolución y confiado en la misma. Ha variado algunos de los hábitos que relacionaba con el juego y mantiene vida social activa con amistades no relacionadas con el problema.
|