Escrito el: 18 de Marzo de  2006 a las 13:19

Jose Maria solo puedo decirte que solo tu tienes la respuesta a como quieres vivir,pero saves que a la larga o corto plazo depende la decision puedes perderlo todo, familia,economia, etc... Si tu quieres esa vida adelante juega hasta que ya no puedas mas y te veas solo, despues te arrepentiras como todos los que han llegado a esos extremos, pero si es lo que tu quieres nadien te lo puede impedir.

Ahora si no quieres acabar de esa manera y mantener a tu familia y demas cosas,ya saves que camino deves tomar, creo que ya eres mayorcito para saver que camino quieres elejir.

Yo solo te digo que pienses muy bien las consecuencias de los caminos que tienes para decidir y que pienses cual es el mejor para ti.

Un abrazo y beso

Escrito el: 18 de Marzo de  2006 a las 13:29

Me duele que te sientas así, y que para salir de ese inconformismo i/o rutina te quieras ir a jugar para sentirte mejor.

Esto me recuerda cuando mi vida estaba envuelta con el juego, si me sentía mal me desconectaba yendo al bingo, si me sentía bien lo celebraba yendo al bingo, me gustaba, era mi premio a mis situaciones tanto positivas como negativas.

Yo no me digo no voy a jugar nunca más, pero lo que si que tengo muy, muy clarito, es que no ire a jugar por cómo me sienta, he descartado por completo refugiarme en el bingo para olvidarme por un rato de los problemas.

Es dificil hacerte ver que estas equivocado con tu actitud, pero claro tus problemas son solo tuyos y tu sabes cómo lo estas pasando, pero ten en cuenta, que seguiras con los mismos problemas o incluso un poquito mas, tu veras si te compensa.

Harás lo que quieras, pero piensa porque lo quieres hacer, no te ciegues pensando en lo infeliz que eres.

Yo no cuento los días que no he jugado, tu estuviste mucho tiempo sin jugar y parece que desde la ultima recaida cada vez estas peor, olvida la ultima recaida y plantealo de otra manera.

te deseo lo mejor, un abrazo.

Escrito el: 18 de Marzo de  2006 a las 20:31

dos lobos andan revueltos peleando en la manada de mi mente:

el uno me pide guerra, el otro me pide paz;

uno quiere jugar, otro quiere empezar a dejar de hacerlo;

y me dice mi enano que la respuesta,

como en todo, está en mí:

¿qué lobo quiero alimentar?.