-Pero usted ya estaba ganando, y bastante en relación a lo que traía. Cuánto mas quería ?
Una vez en el casino me dijo, mire esa mesa, vea al hombre de la camisa amarilla, mire el nudo de su corbata, por que tan grande y apretado, parece que lo va a ahorcar, mire como transpira. Era cierto el hombre dejaba ver dos lamparones grandes debajo de sus axilas a pesar de ser una noche fresca como todas las noches de Mar del Palta.
-Esta sufriendo, el quiere acabar su agonía, dejar de sufrir, venga, mire
Cuanto cree que va a durar
-le quedan 2 fichas, no lo se la noche es larga
-Pero el se va empeñar en acortarla
Llego a la mesa y jugó mayor, exactamente lo contrario que había jugado el hombre, perdió.
Pensé que algo fallaba, el hombre volvió a apostar cada vez mas colorado, más nervioso y perdió. Ahora las cosas estaban en su sitio nuevamente. Las apuestas iban y venían, hasta que al fin se produjo lo esperado, el hombre perdió las 2 fichas que cayeron en el bolsillo del Nomo Santelli
-Otro Perfecto Perdedor, dijo, pero esperemos por que este vuelve
-Pero dígame como esta tan seguro que va a perder las dos fichas?
- Por que el casino tiene miles de fichas de respaldo y él sólo 2, usted a mano de quien jugaría ?
-Si, está claro, pero que pasa si gana y se va...
-Es que no se van, acaso se fue usted?
-No… pero... y no supe que responderle
Efectivamente, el hombre volvió al rato esta vez con muchas mas fichas y volvio a jugar y a perder
Comentarios Todos se llevan bien (un rato al menos) con las ganancias, muchos hasta llegan creer que los números elegidos han salido por la lógica de su selección, y no por el puro azar. Lamentablemente ese vuelo suele durar poco y ahí viene la caída Solo un PP, prefiere perder mucho que poco y rápido que lento. Algunos podrán decir que para perder mejor es hacerlo rápido y terminar con el suplicio. Prefieren aterrizar en picada y destrozarse contra la pista que tratar de planear y llevarse al menos algunos magullones Señoras y señores aquí esta la clave central de por que pierden casi todos, no pueden convivir con la angustia y la incertidumbre de jugar, prefieren perder rápido y acabar con el suplicio, basta observarlo en un casino cualquiera, las manos temblorosas, el sudor en la frente, la amarga sensación de alivio al perder y la promesa de no volver a jugar nunca mas. Como dice el tango: yo jure mil veces no vuelvo a insistir...
EXTRACTO DEL ARCANO 3.2.
SALUDOS Y A NO JUGAR