Escrito el: 07 de Diciembre de 2007 a las 19:27
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Efectivamente, Alfonso, llamo recuperación o rehabilitación a normalizar nuestra vida:
Que no jugar no sea algo extraordinario, sino normal.
Que no pensar en el juego no sea algo extraordinario, sino normal.
Que no mentir no sea algo extraordinario, sino normal.
Que emplear nuestro tiempo libre con la familia y amigos no sea algo extraordinario, sino normal.
Qu afrontar los problemas diarios de la vida no nos desvíen al juego no sea algo extraordinario, sino normal.
Que ofrezcamos y demos lo mejor de nosotros en los ámbitos familiares, profesionales y sociales no sea algo extraordinario, sino normal.
Podría ponerte muchos ejemplos de normalidad, pero los voy a resumir en uno: Que cuando nos acostemos no nos quite el sueño ningún problema acaecido que no haya sido resuelto por causa de nuestra ludpatía.
Y..., para que esto pueda llegar a producirse, he aprendido que:
Debo aceptar que soy un enfermo: soy jugador.
Necesito ayuda para normalizar cada vez más situaciones de esas que antes he mencionado.
Necesito aprender, cada vez más, de mi enfermedad para intentar poner a mi alcance todos los remedios que ayuden a minimizarla.
Necesito comprometerme con la causa de ayuda a otros jugadores, porque de esta manera también me ayudo a mí mismo.
Necesito ayudar y comprometerme en la educación y prevención del trastorno, porque podría tocarle a mis hijos.
Y, como aún me considero no rehabilitado por completo, me comprometo en llevar a cabo una serie de medidas preventivas (que no voy a enumerar, por no extenderme) para no recaer.
Nomar, no se de qué guerras de cafetales me hablas. No me considero guerrero, sino más bien de talante pacífico. Para mí ninguna guerra tiene sentido. La violencia siempre genera más violencia y nunca da frutos positivos. Me gusta más bien afrontar los problemas con serenidad, aunque no por ello con falta de firmeza y decisión. A mí si me importa poner a trabajar mis neuronas si de ello depende mi felicidad y la de los mios.
Profe, me has dado una idea estupenda, ahora dentro de un ratito saldré a comprar unos churros, haremos chocolate y veremos alguna peli aquí en casa, en plan familiar, que para eso es viernes y mañana estoy dispensado de ir al trabajo. Ya me gustaría compartir esos churros contigo, pero temo que la distancia nos separe bastante.
Un abrazo para todos.
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