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Ingresado: 01 de Oc tubre de 2003 Mensajes: 0
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Escrito el: 10 de Marzo de 2006 a las 12:01
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Me parecio muy bueno y creo que muchos nos podemos identificar
LA CORRESPONSABILIDAD FAMILIAR EN EL MANTENIMIENTO DE LA LUDOPATÍA”
El jugador patológico (ludópata) es una fuente de problemas para todo su entorno y especialmente para su entorno familiar.
La familia como centro de atención de la realidad física del ludópata ha sufrido durante tiempo (antes de que se descubriese la adicción u largo proceso de reestructuración)
El ludópata al igual que cualquier otro dependiente: alcohólico o dependiente a otras sustancias, altera radicalmente la dinámica social de su entorno afectándola a todos los niveles, desde el emocional al económico, produciendo en muchos casos una destrucción progresiva y contundente en la relación y convivencia familiar y social. Se produce una distorsión sociofamiliar similar a la que genera cualquier otro problema de la misma intensidad (fallecimientos, separación, etc).
Aún siendo todo esto debido al juego y al papel importante del ludópata en el desarrollo de estos acontecimientos, no es única su responsabilidad.
Mucho se ha hablado sobre los familiares de un ludópata, de sus sufrimientos, de sus angustias y sobre las graves repercusiones que para la convivencia la dependencia del juego conlleva.
Es cierto que convivir con un enfermo adicto al juego, sea esta circunstancia asumida o no por parte de la familia es angustiosa.
La incertidumbre, la inseguridad, la falta de dinero familiar, el deterioro de la calidad de vida de la unidad familiar o la falta de comunicación o la falsedad de la relación de pareja, son solo algunos rasgos de la convivencia con un ludópata, pero que esta situación se mantenga no es solamente responsabilidad del que juega, si no también del resto del entorno, y en especial del cónyuge, que acobardado, agotado o frustrado se ha resignado a malvivir la situación, perpetuando la conducta de juego y sintiéndose la victima de su pareja y en muchas ocasiones culpabilizándose.
Por todo esto es por lo que decimos que en muchas ocasiones somos corresponsables en el mantenimiento del juego. Por no ver, por no querer ver, por sentir miedo a tomar decisiones que nos impliquen (separación, límites, hablar, etc,) y cada día nuestra dignidad y respeto por nosotros mismos más devaluada que es aprovechada por quien juega para seguir jugando, hay broncas, malas caras, desinterés sexual pero en realidad no pasa nada, como mucho un nuevo permiso para jugar.
La sociedad tiene compasión o mejor lástima por las personas que sufren la convivencia con un dependiente pero no se dan cuenta que con esta actitud, están perpetuando la situación de victima de quien no juega, pues se sienten reforzados y habilitados para no tener que hacer nada por si mismos, para resolver su situación vivida esta con gran carga de victimismo.
Aclaramos esta premisa
Dentro de la familia, es el cónyuge el que se ve afectado de modo más intenso considerándose en ocasiones responsable de dicho problema. La familia es afectada por el stress, la tensión, la desconfianza, etc, pero en muchas ocasiones no se hace nada para superarlas, como mucho, malas caras, actitudes hostiles pero poco más.
Cada miembro de la unidad familiar es consciente de sus sentimientos hacia quien juega: frustración, rabia, angustia, minusvaloración, etc, dadas las posiciones jerárquicas dentro de la familia, estos sentimientos no siempre son posibles expresarlos y en muchas ocasiones son reprimidos por algún otro miembro de la unidad familiar (una madre sobre algún hijo) generando una sensación de aislamiento y a veces de culpabilidad.
Las sensaciones negativas hacia quien juega, que ha amenazado o roto la convivencia, han sido por mucho tiempo acalladas y al no encontrar medios para expresarse por miedo, cobardía, resignación, se quedan para uno mismo/a, con las graves consecuencias que esa actitud de aguantar conlleva, tanto física como psicológicas. De ahí, que en esas situaciones de stress y resignación aumenten las enfermedades psicosomáticas, por otra parte de dificil diagnostico: cefaleas, cargas musculares, depresión, crisis de angustia, etc, pues no siempre se manifiesta al especialista la verdadera causa de esos problemas, con lo que su pronostico y resolución es bastante complicada.
Por todo ello concluiremos que los familiares de los ludópatas sufren distintas alteraciones psicosociales, derivadas de la dependencia y de la presión social (vecinos, familiares, entorno laboral) que hacen que la ludopatía se viva con gran sentimiento de rabia y vergüenza .
Las características de la convivencia en familias con un problema de ludopatía son:
• Ausencia de dialogo en la pareja, no se dice toda la verdad ni se manifiestan necesidades o sentimientos por ambas partes, solo reproches que además generan una mayor sensación de frustración.
• Falta de sinceridad entre las partes. Uno miente y el otro oculta sus sentimientos de rabia, odio, amargura.
• Aumento de situaciones limite, el ambiente en constante estado de prueba y tensión. Aburrimiento, carencia de estímulos para seguir adelante, nada vale la pena, pero por los hijos......
• Muerte de la afectividad. El silencio, la huida , el tiempo fuera de casa por no poder soportar la relación, desequilibrios emocionales, parálisis de los afectos, etc, debería hacer algo pero...........
• Culpabilización, de uno mismo, que he hecho mal, ¿que no le habré dado? “El otro es el único culpable de mi desgracia de lo que vivo”.
Como conclusiones podremos decir que la convivencia y la relación con un dependiente del juego, si no hacemos algo por nosotros mismos, nos lleven a la ruptura y al desequilibrio afectivo de la familia, a la pérdida mutua de la credibilidad y del respeto.
El familiar de un dependiente presenta rasgos que le hacen asimilarse al ludópata con quien convive y padece.
Generalmente se trata de personas que en lo único que se diferencian de su pareja, hermano/a, padre/madre, etc, es en el juego. Hablamos de sujetos con iguales carencias emocionales y personales que quien juega, la diferencia es que no juegan, pero que han encontrado una vía de escape alternativa - limpieza, los hijos, trabajo, etc, victimismo, persecución, otras relaciones-
El cúmulo de ocultamientos, engaños, sinsabores que el jugador produce en el ámbito familiar, cada vez va siendo más grande y el cónyuge no jugador va entrando en una fase de padecimiento solitario. Todo esto es así, mientras no se conoce la dependencia con el juego y no se sabe o no se quiere saber que pasa.
Una vez que se conoce es cuando el cónyuge no jugador revierte todo el malestar padecido y el resentimiento acumulado contra el otro.
Esta situación da permiso para perseguir, acosar, criticar cualquier cosa que el otro diga o haga, con razón o sin ella. De victima se pasa a perseguidor. Todo será motivo de critica, se cargará toda la culpa en la otra parte, sin valorar, ni menos, analizar las responsabilidades compartidas, sólo uno es el culpable. Esta es una ocasión que es aprovechada por el cónyuge que se siente herido por lograr la ruptura matrimonial.
Algunos tipos de cónyuges no jugadores:
• La esposa mártir, que se caracteriza por su sufrimiento pasivo del problema, no cuenta con habilidades sociales, no hay enfrentamiento a la situación ni esfuerzo para modificarlo, solo llorar y lamentarse y así va por la vida de víctima, que el no poner ningún límite, ni respetarse, solo favorece que su cónyuge sig jugando.
• Esposa perfeccionista con altas dosis de responsabilidad y exigencia personal que actúa intransigentemente frente a la capacidad del otro de dejar de jugar, esa autoexigencia de perfección es vivida como una demostración palpable de que si yo lo puedo hacer, como tu no puedes, y choca permanentemente con su incapacidad de controlar la situación, lo que le generará serios problemas de convivencia.
• Esposa acobardada, es la mujer mártir, pasiva, desamparada y con sentido de fracaso, todo lo que ha imaginado e idealizado con respeto a su matrimonio, familia, mundo, organización se va destruyendo por el juego, y por su propia incapacidad de poner poner, ponerse límites, generando una gran decepción y humillación.
Cada una de estas descripciones de tipos de afrontamiento de la situación de juego está ligada con las fases de progresión en la adicción y serían, fase de negación, estrés y agotamiento, correspondientes con la evolución de la dependencia en el jugador.
• En la fase de negación ( esposa mártir), vive como si el problema no existiera, fuera algo puntual y que pasando un poco de tiempo desaparecerá. Esta situación puede prolongarse por años, solo cuando las pérdidas económicas son evidentes, las ausencias o la falta de atención son palpables, es cuando se piensa que algo pasa pero se mantiene la situación. Estas conductas son las propias del jugador en la fase de relación idealizada y de control del juego.
• En la fase de estrés (esposa perfeccionista), la esposa moviliza sus recursos para atajar el problema, por regla general consiste en facilitarle medios y recursos para resolver los problemas financieros o las deudas, siempre con la condición de que será la última vez. Pero la realidad es que el jugador una vez liberado de sus apuros económicos y pasado un tiempo, vuelve a jugar, generando en la esposa una tremenda frustración y aumentando sus dudas e incertidumbre. Para paliar esta situación, se ponen a trabajar, para compensar el dinero del juego, se miente al entorno de la familia, se pide prestado, etc, llegando a aumentar el rechazo hacia el incapaz y generando nuevas disputas, aislamientos social y familiar para ocultar lo que se está viviendo con graves consecuencias psicosomáticas, ansiedad, estado depresivo y astenia general. Esta fase se vincula con la fase correspondiente del jugador de decepción con intentos de controlar el juego.
• Fase de agotamiento (esposa acobardada), sin vislumbrar alternativas ni soluciones adecuadas, se abandona sin esperanza ni futuro con grandes dosis de ira y resentimiento y estaría vinculada a la fase de abandono por parte del ludópata.
Otros implicados en el mantenimiento de la ludopatía
Debido al importante papel que en nuestro país juega la institución familiar, los padres del jugador, también se ven especialmente afectados y como ellos, el resto de miembros de la familia, (hermanos, hijos) de hecho, en un principio, algunos jugadores recurren más a los padres que a su cónyuge, para que no se entere, con el interés de ocultar y resolver el problema antes de que sea conocido por la pareja. Con ellos sufren los problemas derivados de la ludopatía: amigos, conocidos, compañeros de trabajo.
El recurrir a parientes, entidades de crédito, conocidos, constituye una forma de resolver por parte del jugador problemas financieros acúcienles sin contar con la pareja.
Los comportamientos del familiar que convive con un ludópata no se diferencian del que juega, precisamente en eso, pues este, no juega, pero, los demás comportamientos son los mismos:
Se miente, se oculta, se falsea la realidad vivida, al igual que hace el ludópata para seguir jugando, solo que en este caso es para no reconocer lo que se malvive.
Hasta ahora hemos hablado de los comportamientos del cónyuge no jugador, referido a las esposas.
La realidad de la ludopatía nos demuestra que es el mayor número de hombre que juegan que el de mujeres, pero también nos referiremos a las conductas del cónyuge varón que no juega.
El cónyuge varón que no juega se comporta como el cónyuge femenino, salvo en el tema económico y en los horarios que es donde más se siente afectado.
Cuando las discusiones se hacen más habituales por la conducta de juego de la esposa, el varón escapa del hogar y se refugia en el trabajo, en los amigos, en otras relaciones y vive la convivencia como un castigo y por regla general son los hijos o algún otro familiar quien dará la comprensión y ayuda a la jugadora.
Los hijos son otra parte importante en el mantenimiento de la ludopatía, pues dada las características de la convivencia (gritos, enfados, agresividad, malos modos, carencias económicas) es bastante difícil poder hablar de hogar, entendido como el lugar donde se da una convivencia abierta, agradable y enriquecedora.
En esta situación el hogar es casi un lugar de paso, frio e independiente en el que cada miembro lleva su vida, no hay comunicación y se crean situaciones despersonalizantes, especialmente en los elementos más sensibles, que además son utilizados por el cónyuge no jugador como hombro en el que llorar o quejarse, convirtiendo al otro en el único culpable.
Dependiendo de la edad, las repercusiones y la toma de postura frente al problema serán distintos. Unos vivirán los problemas de los padres como algo que les viene grande y no querrán involucrarse, otros se sentirán presionados achantajeados por el miembro no jugador, al que consideran como la parte más débil y tomarán partido por él, generando sentimientos de odio, muerte y rabia contra el jugador, que de no ser canalizados adecuadamente pueden desembocar en actitudes hostiles permanentes con grave quebranto de las posibilidades de dejar de jugar, al considerar que ya nada tiene sentido ni merece la pena, dándose cada vez más sensaciones de abandono.
A veces los hijos aún viviendo mal, prefieren la situación de convivir con un dependiente que con un rehabilitado.
En la primera situación (con un dependiente) los hijos ganan. Apoyando a la parte teóricamente más débil, logran prebendas. Cortando contra el que juega, venganza y además los hijos mayores convirtiéndose con los beneficios que eso tiene, en padres de los padres.
Igualmente ganan tanto cuando el que juega gana como si no gana, que es lo más frecuente, por al falta de autoridad moral que tiene quien juega, “como me vas a decir tú con tu ejemplo” etc,.
Por eso decimos, que los hijos sacan partido de la situación de un dependiente en casa y aún deseando que esto no fuese así mantienes las prerrogativas y beneficios que da esta situación.
Solo cuando decidimos que ya está bien, ponemos limites claros y precisos, acaba de verdad la culpabilización y se toman medidas para resolver la situación.
Nadie vive lo que no quiere vivir, nadie nos obliga a malvivir la vida y cada vez que no nos respetemos estamos perdiendo nuestra dignidad y si nosotros no nos respetamos nadie nos respetará.
que les parecio esto?
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MAR. Usuario
Ingresado: 26 de Diciembre de 2005 Lugar: Spain Mensajes: 1637
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Escrito el: 10 de Marzo de 2006 a las 12:08
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ES UN RESUMEN MUY BIEN ESTRUCTURADO Y QUE REFLEJA PERFECTAMENTE LAS POSICIONES QUE SE ADOPTAN, es bueno verse reflejado en uno u otro momento, para saber también que posición tomar.
ESTUPENDO MARU, DEBERÍAS COLOCARLO JUNTO AL MENSAJE DE CONSEJO A LOS FAMILIARES.
Editado por MAR. - 10 de Marzo de 2006 a las 12:09
__________________ EL DIA QUE NO RIAS... ES UN DÍA PERDIDO!!!
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PAZ_ Usuario
Ingresado: 13 de Diciembre de 2005 Lugar: Spain Mensajes: 735
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Escrito el: 10 de Marzo de 2006 a las 12:11
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Me ha gustado Maru, es bastante claro... me sorprendió que sólo se hablara de "esposas"... pero más abajo ya he visto la postura del "esposo" que por norma general, y es bien cierto, se trata de "escurrir el bulto"... sea cual sea el problema de su esposa...
__________________ En el messenger... ANGIE260501@hotmail.com
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elpaterita Usuario
Ingresado: 14 de Noviembre de 2005 Lugar: Spain Mensajes: 1815
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Escrito el: 10 de Marzo de 2006 a las 19:13
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Gracias Maru.
Todo es juego en nuestras vidas amarradas al juego: jugamos a cartas, a máquinas, a bingos, a ..., pero lo más grave es lo que la enfermedad hace que hagamos con nuestro entorno familiar, laboral, social;, jugar con los sentimientos, manipular a las personas, usar como monedas a hijos, padres, hermanos, cónyuges, ...
¿Merece la pena salir de esa espiral sin límites?
Nadie vive lo que no quiere vivir, nadie nos obliga a malvivir la vida y cada vez que no nos respetemos estamos perdiendo nuestra dignidad y si nosotros no nos respetamos nadie nos respetará.
Hay algo por ahí, distinto, más meó, más güeno,
mu facilito y duro de conseguir, lo quiero para mí y los míos:
A por ello, guapetones.
__________________ Vive y deja vivir
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Guests Guest
Ingresado: 01 de Oc tubre de 2003 Mensajes: 0
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Escrito el: 12 de Marzo de 2006 a las 21:43
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de nada, todo el material que encuentre para ayudar lo pondre en el foro. lo mas importante para prevenir adicciones es estar informado.
Y puede que alguien entre al foro simplemente a buscar algun tipo de informacion que sirva.
Ojala a muchos les abra los ojos
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yuly Usuario
Ingresado: 11 de Marzo de 2006 Lugar: Peru Mensajes: 11
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Escrito el: 12 de Marzo de 2006 a las 21:57
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Gracias por el mensaje, soy nueva en el foro, pero realmente en estas 24 horas, me ha ayudado mucho.
Llevo jugando 12 anos, y en casa todos saben que juego y pierdo la mayor de las veces, por lo que siempre pido dinero hasta para los pasajes,
me he propuesto no volver a pedir para los pasajes, ni a mi papa ni a mis hermanos, espero lograr a guardar primero para estos gastos mas inmediatos y luego para cancelar las tarjetas de credito que tengo en rojo, son mis metas mas cercanas, pero realmente necesito el apoyo de todos ustedes.
Desesperadamente
Julia
__________________ yuly
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Guests Guest
Ingresado: 01 de Oc tubre de 2003 Mensajes: 0
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Escrito el: 12 de Marzo de 2006 a las 22:01
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Julia Una nueva vida te espera... si te dejas ayudar y si sales del juego te lo aseguro...
No vale la pena jugar y sufrir jugando
Ya no es placentero
Ve con alguien que te ayude las ssociciones o los grupos de jugadores anonimos son buenos aunque sea intentalo
Y vive 24hs sin jugar dia a dia, metas cortas
estamos aqui para darte annimos
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Tigre Usuario
Ingresado: 08 de Julio de 2019 Lugar: Chad Mensajes: 128
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Escrito el: 02 de Febrero de 2024 a las 22:56
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