Escrito el: 24 de Julio de 2006 a las 00:40
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Bienregresados los dos.
Cuando uno recae, uno es quien debe pararse y hacer balance de lo que ha motivado esa recaida (entendida como un episodio de juego tras cierto período de abstinencia real). Para mí, el hablarme yo en sinceridad, reconociendo todos mis errores, mis falsas confianzas, mi dejadez de alguna herrramienta, ..., es la única forma de salir a flote, sin esas cargas que me han podido llevar a recaer. Si sigo jugándomela día a día, voy a caer un día u otro, y al final, todos los días serán de ella: de esa Doña Ludopatía.
Si pienso algo de mi pareja, no me caliento, no empiezo a crearme falsas realidades en mi mente, ¿no es más sensato y más humano ir de frente hacerle las preguntas pertinentes, directa o indirectamente?:
"¡niña, no veas como es esta mente enferma mía, ahora me está dando por pensar que me pones los cuernos con el repartidor de fantas naranjas¡".
Si me creo un castillo en el aire, si me empiezo a contar un cuento de la lechera, como antes de dejar de jugar, lo único que hago es alimentar mi tarro ludópata para que se cebe con mi tiempo y mi dinero, mi vida y mis relaciones, se lo pongo a huevo: ahí está otra vez elpaterita, loco loquito loco por tener una excusa para hincharse de juego.
Con la abstinencia debemos ir madurando, y usar la comunicación, sobre todo con la pareja, si aún sigue con nosotros, más que con la gente del bar o con los del campeonato de dardos del pub de la esquina. Si algo estoy recuperando con mi rehabilitación es mi vida, algunas de mis relaciones,...
reflexivas y serenas noches, compañeros.
__________________ Vive y deja vivir
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