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Asunto Tema: Del jugador, del que quiere volver. Responder mensajeEscribir nuevo tema
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Pepe86
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Ingresado: 22 de Oc tubre de 2009
Lugar: Chile
Mensajes: 13
Escrito el: 13 de Diciembre de 2011 a las 11:23 Citar Pepe86

Del Jugador, del que quiere volver.

 

Así comenzó, hace pocos días se había inaugurado el Casino en la ciudad en que vivía aquel joven de, por aquel entonces, unos 22 años, alegre, feliz, buen mozo, con sus estudios universitarios bien encaminados, optimista, sincero, honrado, un tanto enojón, y muchos otros tantos amante de su compañera de vida. Cercano a su madre, lejano de su padre, amigo de su hermano, inseparable de ella.

La primera apuesta, la recuerda tal como si fuera ayer, no quería apostar, pues su calidad de estudiante no le daba oportunidad para desperdiciar dinero alguno, sin embargo, las fichas, la ruleta, las personas jugando, los dealer pagando fichas y la ambición, simplemente pudieron más. Pero no podía desperdiciar, no podía perder, era estudiante, el dinero no sobrara. Apostó, lastimosamente ganó, y ganó la suma necesaria para poder tener una salida más en el mes con su amor, la alegría era grande, le impresionó lo fácil que parecía ser ganar dinero en un casino, por tanto, la próxima vez no dudaría en volver a apostar.

Tal vez era su semana de suerte, aquella siguiente vez no le costó ganar, convenciéndose así, de que el dinero no estaba en un trabajo de medio tiempo, estaba en aquel lugar, en aquella ruleta, sin poder anticipar que el dinero estaba justo en lugar en que no debía estar, pues podrán anticipar lo que a continuación viene.

Terminaron las buenas rachas, comenzaron las malas jornadas, terminaron las noches felices, comenzaron las tristes, terminaron las verdades de aquel joven, comenzaron las mentiras que jamás pensó que de su boca saldrían, comenzaron a terminar las alegrías, aparecieron las tristezas, las decepciones, los enojos consigo mismo, comenzaron los reproches, y con ello las justificaciones, comenzaron a terminar aquellas salidas con ella, comenzaron las excusas, los engaños, y por tanto, comenzó a terminar el amor de ella hacia él.

Así, en dos años, el jugador había nacido, y era todo lo que él no sabía que era. Tan acostumbrado a mentir, como acostumbrado a dormir, tan acostumbrado a decepcionar, como acostumbrado a estornudar, se había convertido en aquel sujeto que es perfecto para que lo olviden, para que le dejen de querer, perfecto para odiarlo, perfecto para desconfiar de él.

Ya no había dinero fácil, ya no habían comidas ostentosas, ya no habían citas excitantes, al contrario, menos dinero que nunca, es más, lo que había en abundancia eran deudas producto del juego. Menos salidas con ella, más rato en casa, menos ganas de ver el sol, menos ganas de despertar, menos ganas de vivir el día después de una mala jornada. La mente se agota, pide descansar, el alma quiere volver a estar en un cuerpo no intoxicado del humo de los cigarrillos, del alcohol, nunca en exceso, pero al fin y al cabo, tantas noches de esas, te pasan la factura. El joven ya no reía como antes, su sonrisa se escondía cada vez más, sus sueños cada vez eran más y más fáciles de cumplir, por cuanto soñaba con cosas triviales y no profundas, los otros sueños, los que realmente importan, por los que vale la pena luchar, de esos, de esos ya no habían.

De cuando en vez volvía a sentir felicidad, de cuando en vez podía comprar momentos de alegría, claro, en un casino a veces ganas.

El tiempo pasa, son casi tres años desde que realizó su primera apuesta, la recuerda como si fuera ayer, pero la quiere olvidar. Cada día, cada semana, cada mes el dinero se escurre, las ganas de todo pareciera que se van, las mentiras aumentas, las decepciones se multiplican. Ya no lo puede esconder,  cada vez hay más gente que sabe que es un jugador, aún no saben que el jugador padece de una enfermedad, aún no saben el tormento que vive, aún no saben que de cuando en vez, piensa que ya no debería comportarse así, pero el jugador ya se olvidó de cómo comportarse de otra manera, se olvidó de la forma en que vivía el joven de hace tres años. Pareciera que no sabe de otra vida que de las apuestas, pero no quiere seguir viviéndola. Sospecho que el jugador ya no quería más, ya no quería vivir.

Corolario de todo lo anterior, sus queridos ya no ven al joven de antes, el jugador ha decepcionado mucho, su familia ya no confía en él, y ella, ella se ha enamorado de alguien más y ha decido terminar con él.

Vio un luz de esperanza, buscó ayuda dentro de lo que su precaria situación económica le ofrecía, pues las deudas ya eran insostenibles.

Encontró a alguien que le ofreció su ayuda, consistente en terapia de hipnosis, con el fin de buscar la causa y solución a su afán de apostar y apostar. Semanas sin jugar, semanas sin apuestas, semanas tranquilas, semanas de paz, semanas de crecimiento. Semanas de nostalgia, semanas de extrañarla, semanas de quererla. Semanas de querer volver a ser quien era, semanas siendo quien era. Semanas felices.

Aquellas semanas terminaron, duraron poco, sólo unas cuantas semanas. El joven, sin quererlo, dejó que volviera el jugador. Ya no lo acompaña ella, la extraña, la quiere, la ama, pero así no puede bien amarla, no hay quien merezca un jugador en su vida.

Ahora se encuentra desorientado, no quiere mentir, pero miente, no quiere defraudar, pero defrauda, no quiere engañar, pero lo hace. Quiere crecer, a veces siente que crece, a veces siente que se reduce, siente que puede, siente que no podrá. Piensa que no hay persona que pueda comprenderlo, perdonarlo y quererlo, tantas y tantas veces.

Hoy fue al Casino, hoy fue una mala jornada, mañana no querrá despertar, mañana no querrá ver el sol. Sin embargo, siente que tarde o temprano crecerá.

A su madre la decepcionó, la entristece, y ya cada vez le da menos alegrías. Su hermano, su amigo, también es jugador, lo quiere, piensa que juntos podrán crecer y enterrar a los jugadores. Su amor, ella, decepcionada, desilusionada se fue,  él la extraña, él la quiere, él la ama.

Mañana no querrá ver el sol, mañana será un mal día, como aquellos que ha tenido, pero ahora, es distinto, ahora, luego de escribir, siente que podrá, tal vez pasado mañana, llamar al joven de antes e instalarlo para siempre en el lugar de donde nunca debió haber salido. Mañana será un mal día, pero quiere y necesita que sea el último. Escucha un voz, a lo lejos, momento no es tan lejos, se acerca, es el joven de antes, gritando, suplicando volver.

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Pepe86
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Ingresado: 22 de Oc tubre de 2009
Lugar: Chile
Mensajes: 13
Escrito el: 13 de Diciembre de 2011 a las 11:28 Citar Pepe86

Estimados/as, http://www.ludopatia.org/forum/forum_posts.asp?TID=5798& KW=pepe86 , el 2009 publiqué un tema, no hize lo necesario, ni seguí sus consejos en su totalidad. Despues de dos años, volví en busca de desahogo.

Saludos a todos

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