Escrito el: 11 de Junio de  2007 a las 20:51

Y me pregunto esto porque yo, que no tengo ni un euro, repleto de deudas, con necesidad de algunas cosas como cambiar neumáticos a un coche, mantenimiento coche, ropa,productos aseo personal, etc. me he jugado y aún me juego todo. Sin importarme cosas importantes. Es sorprendente la pérdida de control sobre nosotros mismos. Y lamentable que nuestra vida la gobierne el juego.

No lo llego a entender. Con lo bien que estaría si cada euro que me he gastado en juego lo hubiese metido en una hucha. Encima debo de ser tonto. El premio grande de una máquina tragaperras es insignificante, por mucho que toque, es una basura.

Yo me anulo como persona con el juego. Me olvido de mi familia. De mis amigos. De mi trabajo. De mis obligaciones. De hacer actividades de ocio. Me olvido de mi. Una de las cosas que pretendo conseguir al dejar de jugar es el recuperarme como persona, que lo necesito, de verdad.

Escrito el: 11 de Junio de  2007 a las 21:21

Hola txabal. Me ha encantado tu reflexión. Tú te haces preguntas importantes, y de igual manera te respondes a ti mismo con gran sabiduria. Pues ahora, ánimo y a aplicarlas.

Un abrazo

Alonso

Escrito el: 11 de Junio de  2007 a las 21:48

Alonso,

Es algo que me preocupa. Aún no tengo vivienda en propiedad (y por ahora no la habrá). No tengo gastos excesivos. Gano más de mil euros al mes. Sólo pago un crédito de un coche que es el 10% de mi sueldo. El resto es para mi. Y me he gastado todo y más, metiéndome en una espiral de créditos y gastos de visa que me ha desbordado. Ahora todo es para pagar las deudas. Y no llega para nada más. Y si sobra algo, como este sábado, lo he jugado.

Eso me pasa ahora. No puedo ahorrar nada, y así durante dos años, no he ahorrado nada, incluso todo lo contrario, me he endeudado más allá de mi capacidad. Y todo por el juego. He pasado 8 horas seguidas ante una máquina, siendo observado por los muchos ojos del bar que con lástima me miraban. Porque eso es lo que hacemos los jugadores. Dar lástima. El otro día le contaba a un amigo mi problema y me dijo que eso debe ser lo que le pasaba a uno en el casino una vez que él fue. Me decia que se supone que el casino es un lugar de lujo y exclusividad (o al menos así lo pretenden vender) y que se sorprendió al ver jugar a gente con los zapatos con agujeros perdiendo todo su dinero y lleno de desesperación.

Igual si yo sigo en esto me sucede lo mismo. Y ni quiero pensar en el día que tenga alguna responsabilidad. Igual ese día no tengo nada. Ni la vida.

Escrito el: 11 de Junio de  2007 a las 21:59

Pues eso mismo, que no se puede seguir así, y te lo digo porque yo también era jugador de tragaperras, y me sentía así, dando lástima a los del bar que estaban allí tomando algo y viendo como yo perdia mi dinero y mi dignidad ante ese artilugio de luces y música. Por so decidí dejarlo y pongo toda la voluntad en ello. Y quiero animarte para que tu hagas lo mismo, y que tu recaída sirva para retomar con más fuerza tu firme propósito de no seguir jugando.

Claro que sé lo mal que se está sin dinero, y que hay que trabajar duro para pagar nuestras deudas de juego, pero es que no hay otro camino. Piensa que en un futuro, tus ahorros servirán para algo más que pagar esas deudas. Por lo menos así lo pienso yo.

Fuerza y mucho ánimo. Estamos en el mismo barco.

Un fuerte abrazo

Escrito el: 12 de Junio de  2007 a las 00:37

ola wenas.gente necesito animo porq mi vida se escapa junto al dinero.estoy embiciado y no tengo fuerza

gracias

Escrito el: 12 de Junio de  2007 a las 22:08

Hola; hasta donde se puede llegar, solo tienes que leer un poco el foro.

¿Realmente lo que te gastaste el sábado, te sobraba de verdad? o más bien pesasteis que no te haría falta, la verdad es que cuando uno esta en el jugo la mente esta anulada. Por eso lo del control de gastos y que los dineros los tiene que administra otra persona.

Saludos 

Escrito el: 12 de Junio de  2007 a las 22:30

Claro que no me sobraba. Pero más me preocupa el anularme como persona, no pensar más allá de ese momento de juego, mentir a la gente, mentirme a mi, y olvidarme de todo.