Escrito el: 06 de Noviembre de 2013 a las 16:44
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Pues claro que te comprendemos Objetivo, porque ¿quién no ha pensado aquello de : y si les toca a tod@s y yo trabajando aquí (o siendo cliente del bar, la peluquería, el taller, la tienda de al lado….) soy el/ la únic@ que no juego absolutamente nada?. Por esa razón compramos toda la lotería que se nos ofrece, o que venden en los lugares que habitualmente frecuentamos.
Te contaré una historia, a mi escueto y “ligero” estilo. Cuando tenía más o menos 18 años, en el bar que estaba al lado del negocio familiar donde desayunaba todos los días, guardaban a mi madre diariamente un cupón de la ONCE que acababa siempre en 5. Un día, después de acabar durante 6 días en esa terminación, le dije al camarero que no quería el cupón guardado, que me diera otro, pues por probabilidad no podría volver a caer en 5. Me recordó que mi madre siempre pedía ese número, y como nos conocíamos, bromeó sobre la bronca que me echaría mi madre. Yo, como buena rebelde a esa edad, dije que me diera otro, y el dueño del negocio de al lado, dijo que a él le diese el que no quería yo. Bien, como podrás imaginar tocó, aunque entonces no eran los premios como los de hoy. Y ya por entonces, pesaba sobre mi cabeza un crédito para poder pagar deudas atrasadas, que no eran mías.
Yo he comentado aquí muchas veces que no he sido nunca aficionada a ningún juego, que no fueran los de mesa, excepto al bingo, al que durante años acudí muy esporádicamente. Bueno, pues con 21 años, fui al banco a efectuar unas gestiones del negocio que ya por entonces iba muy mal. Había mucha gente y una enorme fila. Cuando llegué a ventanilla, el cajero, al que conocía desde hacía años y que nos apreciaba mucho, me dijo: mira “fulanita”, quedan sólo 2 números del “Sorteo del oro”de la Cruz Roja, llévatelos. Le dije que me diera 1 por aquello de colaborar y que además no llevaba más dinero. Me dijo que no me preocupara, que me llevase los 2 y se lo pagaba al día siguiente. No podíamos permitirnos ya ese lujo, así que cogí 1 y un militar que estaba detrás compró el que quedaba. Ahora no sé como va eso, pero entonces eran números correlativos. Ya te estarás imaginando que se llevó un premio.
Del militar no tengo idea de lo que fue, pero del vecino de negocio sí. Se arruinó en 2 años, y perdió todo, hasta el piso donde vivían él, la mujer y sus 4 hijos. A nosotros no nos tocó nunca, pero de una forma u otra fuimos saliendo. Yo, por mi parte, hasta lo he conseguido la única vez que lo he dudado. No he necesitado que me toque nada, porque la vida me fue premiando con otras cosas, que a pesar de los años, siguen dando sus “beneficios”, por lo que realmente he disfrutado más de mis logros.
Objetivo, a ti la vida ya te ha “enviado” varios premios: hijo, mujer, trabajo fijo, coche… Puede que estés apurado económicamente, pero no tires todo por una más que supuesta posibilidad de un premio material. Esto, a la larga, se acaba, se “evapora”. Lo demás es lo que permanecerá en tu vida.
Siento el tocho que te he metido, pero no sé hacerlo más breve cuando realmente me quiero hacer entender en algo importante. Piensa sólo una cosa: si les toca a tod@s y tú no has jugado, pues alégrate por ell@s, porque pueden no haber tenido tanta suerte como tú en lo que realmente importa y se disfruta día a día.
Un fuerte abrazo.
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