Escrito el: 20 de Setiembre de 2006 a las 23:24
|
|
|
Me alegra disfrutes por el momento del dulce sabor y de la subida de autoestima que proporcionan este botellón de tus 15 días en abstinencia.
Yo tardé seis meses en caer siguiendo y participando con la ayuda única de un foro como éste, quizás más organizado y moderado por un compañero de J.A. Pillé confianza, me creí fuerte ante lo que empezaba a comprender era una enfermedad, adquirí ciertos niveles nuevos de autoestima jamás antes conocidos, hasta llegué a a aconsejar. Seguía moviéndome por los mismos garitos, frecuentando las mismas compañías, seguía sin aceptar el mundo, y así, un buen día, entre copa y copa, le dí la vuelta a dos colegas que yo mismo había presentado y volví a caer, como siempre que esto nos ocurre, más hondo, más profundo, más lastimado por dentro, con peor aspecto por fuera. Y tras seis meses de querer y no poder, de no querer pudiendo, me decidí a aceptar la “última oportunidad” que me daba esa persona que, después de todos los embates que mi enfermedad le había propinado, seguía a mi lado.
Hoy estás viendo jugar, tomando las mismas copas que antes, mañana o tras pasado mañana (y quiero equivocarme), otro ocupará tu taburete en la barra viendo como otros pierden tiempo y dinero, vida en fin, y precisamente ese objeto oscuro de su visión serás tú.
Sobre mi fuerza de voluntad no me cabe ninguna duda que la tengo, pero parar este tren de mi mente adicta no me ha servido, y eso que milcienes de veces le había puesto ganas, coraje, vísceras, y milcienes y una más volvía a caer, y lo dejaba en serio, jurando por mis vivos y mis moridos.
Un psicólogo no me ha valido; otro me puede ayudar.
Un control de dinero no ha sido efectivo, otro puede serlo porque hay que emplear una herramienta llamada comunicación que requiere dos partes, y nosotros jugadores, sólo somos una, conjugarla con algo que no sólo sirve para rellenar crucigramas, llamado empatía, que también requiere dos sujetos. Por eso un control de dinero puede ser eficaz, realista, objetivo, y debemos aceptarlo, porque nuestra enfermedad implica un descontrol de impulsos, y terminamos, más antes que más después, quemando los euritos que llevemos encima.
Yo hoy prefiero estar una tarde en mi asociación o haciendo ejercicio, que esperando que el dueño de un garito pase lista para levantar yo la mano y decir “otra garimba, que tengo tiempo que no sé usar, y billetes que no sé en qué emplear”.
Yo hoy recupero los canales de comunicación tan deteriorados o incluso perdidos con personas, como mi madre, y lo hago echando sinceridad, contando lo que tengo que contar, sin herir, sin escarbar innecesariamente, queriéndome y queriendo. Con mi pareja fue distinto, más al detalle, pero ya sabes que como buenos jugadores, contamos lo que queremos contar, y debe ser lo sustancial.
Buenas noches te desea este paterita que, como tú, hoy no ha jugado y se alegra de tus 15 días, Antonio.
Una notilla: me ha sorprendido gratamente como usas el ahora, el momento, por ahora, es algo que estoy tratando de aprender todavía hoy, y por ello te felicito sinceramente, Antonio.
__________________ Vive y deja vivir
|