Si
ha empezado a jugar: No aumente la apuesta, ni el
número de jugadas, ni el tiempo que dedica a jugar.
Juegos como las tragaperras, el bingo i el casino afectaban
en Catalunya a más de 250 000 personas, son claramente
adictivos y usted tiene una probabilidad demasiado alta para
engancharse si los practica periódicamente.
Si
apuesta más de dos veces o juega más de 15 minutos
a la semana: RECUERDE, EL 40% de los que así
lo hacen acaban teniendo problemas con el juego, es un promedio
que no hace distinciones entre juegos de mucho o poco potencial
adictivo.
Propóngase
dejar de jugar, o jugar como mucho como lo hacia cuando empezó,
sin dedicarle más tiempo ni más dinero.
Si ha vuelto a jugar, habiéndose propuesto que lo dejaría:
No se avergüence porque es normal que le ocurra, usted
es responsable de jugar o no jugar al iniciarse en el juego,
pero no se culpabilice de la enfermedad, determinados juegos
tienen un potencial adictivo del que las autoridades y la
prensa poco han informado .
Es muy
fácil pensar y compartir las conductas y los prejuicios
sociales, atribuir a lo vicioso o débil que es la persona
enganchada. Por muy culpable y hundido que se sienta debe
entender que el proceso de adicción al juego és
un proceso de aprendizaje imperceptible y complejo, en el
cual caen ciudadanos de gran voluntad, mérito e inteligencia.
La única
muestra válida de arrepentimiento pasará por
hacer todo lo posible para rehabilitarse del trastorno, por
recuperar la responsabilidad de tener una buena salud, todo
lo posible por batir al enemigo contra el que puede luchar
cada día un poco más, como si fuera un entrenamiento
y necesitara un entrenador, tanto da si está poco o
muy degradado.
Contacte
con una asociación y explique el problema a quién
más le quiere, en quién más confiaría
para resolver un problema de salud. Debe confiar en su familia
y en los profesionales, no hay otro camino a escoger frente
a la enfermedad, se debe aprender de los errores propios y
de la experiencia y conocimientos de los demás para
salir del problema, escondiendo y engañando no se puede
salir del problema, sólo conseguirá mantener
la desconfianza y el aislamiento al que le condena el trastorno.
|